sábado, 24 de octubre de 2009

Los movimientos de izquierda pueden llegar al gobierno pero, sin embargo, no tienen el poder

El problema se planteó en Ecuador con la elección de Rafael Correa en 2006, en Venezuela con la de Hugo Chávez en 1998, en Bolivia con la de Evo Morales en 2005... Al igual que con la elección de Salvador Allende en 1970 en Chile. La cuestión se plantea para cualquier movimiento de izquierda que llegue al poder en una sociedad capitalista. Cuando una coalición electoral o un partido de izquierda llegan al gobierno no tiene el poder, porque el poder económico está en posesión de la clase capitalista (grupos financieros, industriales, bancarios, grandes medios privados, el gran comercio, etc.). Esta clase capitalista tiene el poder económico. Además, controla el Estado, el poder judicial, los ministerios de Economía y Finanzas, el Banco Central... En Ecuador como en Bolivia o Venezuela, si el gobierno quiere realmente cambiar estructuras, debe, inexorablemente, entrar en conflicto con el poder económico para poder poner fin al control de la clase capitalista sobre los medios de producción, de servicios, de comunicación y sobre el estado. En estos países, el gobierno está en conflicto con la clase capitalista pero los cambios estructurales en el ámbito económico todavía no se han realizado. Venezuela, que es el país donde los cambios están más avanzados, sigue siendo claramente un país capitalista.

Ensayemos una comparación histórica. En 1789, cuando gracias a la revolución francesa, la burguesía tomó el poder político en Francia, ésta clase ya poseía el poder económico. Antes de conquistar el poder político en 1789, los capitalistas franceses eran acreedores del rey de Francia y los propietarios de los principales mecanismos del poder económico, o sea, la banca, el comercio, las manufacturas y una parte de las tierras. Después de la conquista del poder político, la burguesía dominó totalmente el Estado y expulsó a los representantes de las antiguas clases dominantes (nobleza y clero), o las sometieron totalmente. El Estado se convirtió en un mecanismo bien aceitado al servicio de la acumulación de capital.

A diferencia de la clase capitalista, el pueblo no tiene la capacidad de tomar el poder económico si antes no accede al gobierno. La repetición para el pueblo de la ascensión progresiva hacia el poder que realizaron los burgueses en el marco de la sociedad feudal o de la sociedad de pequeña producción de mercaderías es imposible. El pueblo no acumula riquezas materiales en gran escala, no dirige empresas industriales ni bancos, ni el gran comercio ni otros servicios. Es a partir del poder político que el pueblo puede emprender las transformaciones en el nivel de la estructura económica y comenzar la construcción de un nuevo tipo de Estado basado en la autogestión.

Y es por ello por lo que es fundamental instaurar una relación interactiva entre un gobierno de izquierda y el pueblo. Éste debe reforzar su nivel de autoorganización y construir desde la base estructuras de poder popular. Esta relación interactiva, dialéctica, puede llegar a ser conflictiva si el gobierno duda en la toma de las medidas que reclama la «base». La presión del pueblo es vital para convencer a un gobierno de izquierda de que profundice el proceso de cambios estructurales que implican una redistribución radical de la riqueza en favor de las y los que la producen. Para ello, se debe acabar con la propiedad capitalista de los grandes medios de producción, de servicios, de comercio y de comunicación transfiriéndolos hacia el sector público y desarrollando o reforzando otras formas de propiedad con función social: la pequeña propiedad privada (especialmente en la agricultura, la pequeña industria, el comercio y los servicios), la propiedad cooperativa, la propiedad colectiva y las formas de propiedad tradicional de los pueblos originarios (que, en general, tienen un alto grado de propiedad colectiva).
Eric Toussaint
Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Y quien se hace cargo del desastre?


CARTA ABIERTA:

A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES, LABORALES, AL PUEBLO ECUATORIANO y A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL.

El país está viviendo momento de gran conflictividad. Frecuentes movilizaciones sociales y populares, son la expresión de oposición del pueblo ecuatoriano a la política del gobierno de los capitalistas. Las promesas de la campaña electoral, han sido reemplazadas por la reforma que entrega los recursos naturales, agua, petróleo, gas, minerías, y los servicios como telefonía celular y electricidad a grandes transnacionales, vinculadas a los capitales imperialistas; con leyes que profundizan el modelo de acumulación capitalista, neoliberal y extractivista. Este gobierno combina entonces el neoliberalismo con el intervencionismo del Estado capitalista profundizando su carácter explotador. Es responsable de la crisis y conflictividad social, de la violación permanente de derechos humanos, constitucionales, sindicales y laborales; acción anti obrera y anti popular desarrollada en contubernio con la partidocracia y los grupos de poder económico, a los que Correa dice combatir.
La confianza depositada por sectores de trabajadores se ha ido desvaneciendo. Solamente ciertos dirigentes de las centrales sindicales, organizaciones campesinas y populares todavía creen en los cambios prometidos por Correa, hecho que desmoviliza y confunde a las bases, contribuyendo para que se profundice la política de liquidar a las organizaciones sociales y populares, entre ellas los sindicatos, para cooptarlos en unos casos o reemplazarlos en otros por organizaciones utilitarias al proyecto político de Alianza País, rompiendo con el principio fundamental de la independencia de clase.
Mediante los anti populares mandatos 2, 4 y 8; la ilegítima, inconstitucional e ilegal revisión de los contratos colectivos; los decretos ejecutivos lesivos a la jubilación patronal; el decreto 1701 que rompe el pacto colectivo libremente celebrado y divide a los trabajadores en empleados y obreros; la vigente y nefasta Ley de Empresas Públicas, la Ley de Servicio Público, la retrógrada reclasificación para los trabajadores del sector público, son decisiones políticas que buscan debilitar la organización sindical, y por ende al movimiento obrero ecuatoriano. La fusión del derecho laboral y la LOSCCA, asegura la eliminación de los derechos de los trabajadores.
La dirigencia del FUT, ha planteado pequeñas modificaciones a este decreto y ha llamado a sus organizaciones para que se sometan al diálogo, acepten integrarse a una comisión para “clasificar a trabajadores con derechos y trabajadores sin derechos”. En esta práctica no hay inocencia, sino abierto afán de sostener las políticas gubernamentales, por lo tanto hay el compromiso para legitimar al gobierno. Así lo demuestra el llamado público (diario La Hora del 7 de octubre del 2009) de Edgar Sarango, Vicepresidente de la CTE a respaldar al gobierno en una movilización, pretendiendo consumar una vez más una vieja práctica de estos dirigentes: la unidad de los trabajadores con la “burguesía”; contrariando las resoluciones de las diferentes asambleas convocadas por el mismo FUT, como la del 14 de julio del 2009 en la que se resolvió: declarar enemigo de los trabajadores al gobierno de Correa, no ir al diálogo mientras no se derogue el Decreto 1701, se anule la revisión unilateral de los contratos colectivos y luchar por la unidad e independencia política de los trabajadores para defender sus conquistas y derechos.
Recordamos a los dirigentes de las centrales sindicales, que en la aplicación del Decreto 1701, se juega el futuro de la organización de los trabajadores, de su vigencia y proyecto histórico. Por tanto, exigimos abandonar inmediatamente el llamado “diálogo”, para no afectar al conjunto de los trabajadores con la aceptación de acuerdos alcanzados a espaldas de las organizaciones de base y que viabilizan la política anti obrera del gobierno.
Las bases sólo reconocerán lo que sea discutido en asambleas cantonales, provinciales y en una futura Asamblea Nacional Unitaria. Se debe respetar lo resuelto en la Asamblea del 14 de julio, no podemos caer en la trampa del diálogo de sordos, en el diálogo en que los trabajadores son interpelados y se los obliga a aceptar la criminalización de la organización y lucha social. Estos son los hechos que se derivaron del diálogo entre el gobierno y las organizaciones de los campesinos, donde se mostró de cuerpo entero la política de los terratenientes. Pretenden neutralizar la lucha popular, identificando su protesta como política de derecha, mientras el régimen aplica la política de la derecha, enquistada en los círculos “rosa y oscuro”.
El interés de la clase obrera no es mantener una que otra conquista como dádiva; su objetivo estratégico es defender el derecho de organización de todos los trabajadores; recuperar los derechos de los trabajadores públicos sometidos a la tiranía burocrática y reducidos a esclavos modernos, por la LOSCCA insistimos, la reforma laboral del sector público, busca eliminar los sindicatos, para intensificar la explotación de los trabajadores; esta política tiene íntima relación con la reforma del Estado, que direcciona la inversión pública en beneficio de los socios del gobierno de turno.
Las organizaciones abajo firmantes, convocamos a los dirigentes de las centrales sindicales e invitamos a todas las organizaciones populares a participar en el Encuentro Laboral Nacional, este sábado 24 de octubre a partir de las 9h00 en la Unión Sindical Municipal (calle Junín, entre Almeida y Montúfar); y a la gran Convención Nacional Unitaria de la Coordinadora de Organizaciones Clasistas del Ecuador (COCE) el próximo 14 de noviembre del 2009 en la ciudad de Cuenca.
Es hora de la democracia obrera, de la democracia de las mayorías, de la discusión democrática, la crítica y autocrítica fraternas, de pasar cuentas con el pasado sectario y burocratista, dogmático y verticalista; es el momento de la solidaridad, la fraternidad y los acuerdos entre los trabajadores del campo y la ciudad; es la hora en que la clase obrera se ponga de pie y camine al frente del pueblo ecuatoriano, para conducir sus luchas. Es el momento de luchar contra las leyes de los explotadores, contra la legislación anti obrera y anti popular, contra las leyes entreguistas. Frente a los poderes económicos y políticos de los explotadores, el camino es seguir, es aplicar la independencia de clase de los trabajadores, como arma para hacer respetar nuestros derechos y conquistas frente a los empleadores y gobiernos de turno.
HAGAMOS REALIDAD LA DEMOCRACIA OBRERA
NINGÚN INTERÉS PERSONAL O DE GRUPO ESTÁ SOBRE EL DE LA CLASE TRABAJADORA
LA LUCHA NOS DA LO QUE LA LEY Y EL PATRÓN NOS NIEGAN
CON LA FUERZA DE LOS TRABAJADORES ROMPER LAS LEYES DE LOS EXPLOTADORES

Fraternalmente,

COORDINADORA DE ORGANIZACIONES CLASISTAS DEL ECUADOR (COCE)

martes, 13 de octubre de 2009

Presidente bienvenido a la política


Natalia Sierra
Resultado de más de una década de luchas y levantamientos indígenas-populares, que lograron expulsar a tres gobiernos consecutivos por intentar radicalizar el modelo económico neoliberal, involucrarnos en el Plan Colombia y entregar la soberanía nacional a los requerimientos geopolíticos del estado norteamericano, se abrió la crisis de la institución estatal y con ella la posibilidad de cambiar el destino de este país. Momento político crucial para iniciar una transformación, tanto por el nivel de politización que había logrado la sociedad ecuatoriana, cuanto por el contexto regional favorable, debido a los procesos político-sociales que venían desplegándose en Venezuela y Bolivia, y de alguna manera en el resto del subcontinente.
Es en esta coyuntura que el economista Rafael Correa, en su calidad de Ministro de Economía del gobierno de Alfredo Palacio, aparece en la escena política nacional por su correcta posición frente al destino de las rentas petroleras. Sin embargo, esto no hace de él un dirigente político, pero sí una figura interesante para ser el candidato electoral de una alianza amplia de sectores de izquierda y centro izquierda (AP). Se hicieron los juegos en el tablero político y Rafael Correa, con el apoyo de varias organizaciones y movimientos sociales logró, en la segunda vuelta, ganar la Presidencia de la República con un discurso que respondía al deseo de cambio de la población.
Pero esta circunstancia política de ninguna manera significa que sean el presidente Rafael Correa y Alianza País, a espaldas de las organizaciones sociales y menos a espaldas del movimiento indígena, los que puedan hacer una transformación social popular real. Las transformaciones sociales son paridas por el pueblo, no por técnicos, profesionales o individuos aislados. Las transformaciones son un acto político, no un asunto de administración técnica. Parece que al Presidente y a Alianza País se les olvidó quiénes y qué fue lo que hizo posible que ahora estén dirigiendo el Estado y parece que también se les olvidó que frente al poder económico de los viejos y nuevos grupos de poder burgués-oligárquico sólo se puede oponer el poder político del pueblo organizado, no una ciudadanía abstracta y despolitizada.
Olvidó que puede costar mucho, no al Gobierno, sino a la historia política de este país. Las oportunidades de cambio son milagros escasos que tienen tras de sí largos y difíciles procesos de lucha popular, como para que irresponsablemente sean abortados por la necedad del Presidente, la miopía política de ciertos ?compañeros? de la izquierda -miembros de Alianza País- o por la ignorancia de algunos dirigentes del mismo movimiento. Necedad, miopía o ignorancia política que ahora se estrella con la realidad profunda del Ecuador.
Después de dos años de paciencia las organizaciones sociales y el movimiento indígena están recordando al Gobierno para quién y, sobre todo, con quién se tiene que gobernar si, como lo prometió en todos sus discursos, realmente quiere hacer cambios profundos en este país, es decir, caminar hacia el socialismo.

DIALOGO CONAIE – CORREA EN VIDEO


DIALOGO CONAIE – CORREA EN VIDEO
Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador,
Para ver y escuchar extractos de algunas de las intervenciones de ambas partes durante el diálogo entre la CONAIE y el Presidente Correa el lunes 5 de octubre
http://www.ecuadorenvivo.com/2009100538502/reportajes/_los_indigenas_y_correa_se_dijeron_sus_verdades_.html